Nuestras casas llegan desde la fábrica con el papel higiénico puesto”. Lo explica Xavier Claramunt, director de innovación de Smartliving, empresa que se dedica a la fabricación de casas preconstruidas de hormigón, y este detalle que puede parecer superfluo tiene su sentido. Si el rollo sigue en su sitio quiere decir que el proceso de salida de la fábrica, la subida de los módulos al camión, la descarga y el montaje in situ sobre el solar se ha hecho a la perfección. Los módulos –con paredes y techo–, que han llegado con la cocina y los lavabos instalados se ensamblan sobre el terreno. El cliente ya tiene su casa.

Las casas prefabricadas, o para ser más correctos preconstruidas se empiezan a abrir camino en el mercado español. Si en el 2015 se construyeron unas 2.000, en el 2017 fueron ya 7.000. Supone un cambio en el concepto de construcción ya que la mayor parte de la vivienda se realiza en una fábrica o taller. Es allí, a partir del diseños predeterminados o adaptados a la petición del cliente, donde se realizan los paneles de madera, hormigón o acero que después se encajarán sobre el terreno.

En 2015 se construyeron 2.000 casas prefabricadas y en 2017 7.000

De momento, la tendencia es optar por este tipo de construcción en las residencias unifamiliares, explica Oriol Paris, profesor del departamento de Tecnología de la Arquitectura (UPC). Por prefabricación se entiende la construcción en fábrica de las diferentes partes que constituirán la vivienda, optando por los paneles de madera, hormigón o acero con nuevas técnicas para unir después las piezas en el terreno y con criterios de eficiencia energética.

Esta construcción no debe confundirse con un bungalow. Las calidades de los materiales son mucho mejores, se necesita licencia municipal, de una cimentación, cumplen con unos estándares de eficiencia energética y seguridad, han de llevar la firma de un arquitecto y son casas de “diseño”.

casas prefabricadas smartliving
casas prefabricadas smartliving (smartliving / smartliving)

Para empezar por el principio, lo primero que se necesita es un solar. Puede parecer prohibitivo pero en muchas ocasiones son personas que deciden vender su piso en la ciudad y buscar un terreno a las afueras para vivir de otra manera. O también es una opción de quienes quieren una segunda residencia. Las grandes diferencias con respecto a la construcción tradicional son el tiempo, mucho menor cuando se opta por la prefabricación, y el precio cerrado ya que es mucho más sencillo evitar los imprevistos de la obra -si la empresa es seria–. También se generan menos residuos ya que al construir dentro de una fábrica es más sencillo reciclar los residuos.

En cuanto al precio, en muchas ocasiones se habla de ahorro económico pero hay que ir con cuidado, explica Oriol Paris, ya que al final todo depende de la calidad de los materiales.

Cuando llega el cliente lo primero que se hace en Smartliving es enseñarle alguna casa de muestra montada en la fábrica. A partir de aquí, se puede elegir entre un catálogo de 250 modelos de viviendas de una o dos plantas, y también se puede realizar un diseño adhoc. Los precios, en función de la calidad de los materiales, son de 1.150 euros o 1.250 euros el metro cuadrado.

Los precios, en función de la calidad de los materiales, son de 1.150 euros o 1.250 euros el metro cuadrado

Es muy importante dar un precio cerrado para todo, explica Xavier Claramunt, que incluye desde la cimentación del solar –con unas técnicas especiales– hasta que se entregan las llaves con toda la casa a punto para entrar a vivir. Lo que tiene gancho es hacerlo fácil y rápido, dice, y evitar las complicaciones de una obra clásica.

Dos años de construcción, señala con ironía, es un divorcio garantizado. Desde que se firma el contrato, lo normal es invertir un par de meses en lograr la licencia de obra, y después 3 meses de construcción. En un par de días se instala la casa sobre el solar.

Construir en naves es un proceso más controlado, explican los arquitectos. El mal tiempo no afecta y se puede trabajar cada día, los operarios no han de desplazarse a lugares no habituales y al fabricar por bloques o paneles tampoco hay problema si después hay que reparar algún tipo de instalación.

casa prefabricada smartliving
casa prefabricada smartliving (smartliving)

En cuanto a la durabilidad de los materiales que se emplean depende de la elección. El hormigón, explica Oriol Paris, es muy resistente y es un material que ha evolucionado mientras que la madera está liderando esta construcción por su resistencia, ligereza y por su origen renovable, aunque requiere un mayor mantenimiento.

Este tipo de construcción se va abriendo paso en las viviendas unifamiliares, y también empiezan a aparecer en las ciudades en edificios plurifamiliares y, como en Barcelona, de promoción pública. De momento, según señala Claramunt, a partir de un determinado volumen es mejor construir sobre el territorio y no en la fábrica ya que son viviendas que necesitan de muchas conexiones. Además, la construcción con ladrillo tiene más capacidad de adaptarse a todo tipo de diseños.

Hay que darle una vuelta a la construcción tradicional, señala Lluís Raich, un arquitecto embarcado con su proyecto Slow Nature Suites quiere fusionar el concepto de construcción sostenible y naturaleza (ver información adjunta). Seguir también la tendencia donde confluyen, dice, las casas pequeñas y el minimalismo.

Las secuelas de la crisis también son importantes para contextualizar el auge de este nuevo modelo constructivo. La década de crisis, explica Claramunt, han hecho desaparecer buena parte del oficio de la construcción y hoy es muy difícil encontrar jefes de obra, carpinteros, pintores…. los que quedan están muy solicitados por lo que complica más los procesos de la obra. Industrializar la construcción, explica, conecta con el momento. Comodidad, menos líos para el cliente y, sobre todo, velocidad.

En la naturaleza

natural suites en mas torrent
natural suites en mas torrent (SGC / naturalsuites)

Lluís Raich, arquitecto e impulsor de Slow Nature Suites, quiere aunar el concepto de casas preconstruidas con la conexión con la naturaleza. Su primera “suite” la ha realizado para el hotel ampurdanés Mas de Torrent, con un lucernario para ver las estrellas y una bañera simulando una balsa desde la que se pueden ver los exteriores. Las suites o casas que propone Lluís Raich se rigen también por los criterios de prefabricación, en esta ocasión trabajando con plafones de madera de alta calidad buscando la eficiencia energética y una cimentación con varillas. Estas casas –ver información principal– no se puede llevar a cualquier sitio sino que se rigen por las normativas municipales y las licencias. En algo más de dos meses se fabrican los plafones en el taller, que después se trasladan al solar y se montan en dos o tres semanas. La apuesta inicial es abrirse paso en el mundo de la hostelería vinculada al ámbito rural, entre aquellos clientes con algún terreno en el campo, o la ampliación de masías.

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